Fármacos en el parto y postparto. Métodos de apoyo durante el parto

Alteraciones del bienestar fetal

Podemos definir el Sufrimiento Fetal Agudo (SFA) como una perturbación metabólica complicada debida a una reducción de los intercambios fetomaternos, de un progreso relativamente rápido, que lleva a una alteración de la homeostasis fetal y que puede conducir a alteraciones tisulares irreparables o a la muerte fetal.

A. Profilaxis del sufrimiento fetal agudo.

a. El SFA puede ocurrir en embarazos por lo demás normales, por lo que debe prestarse atención a circunstancias controlables que pueden reducir la oxigenación fetal. Se debe recomedar una postura que favorezca la oxigenación, en períodos finales de la gestación y durante la etapa de parto. En general se recomienda el decúbito lateral izquierdo y la posición semisentada.

b. Debe administrarse hidratación intravenosa generosa antes de la anestesia con técnicas raquídeas y epidurales (anestesia de conducción), por el bloqueo simpático con hipotensión grave que pueden
provocar. Se debe administrar oxitocina sólo por vía intravenosa con dispositivos de regulación de flujo para reducir la probabilidad de hipertonía uterina.

c. La mujer debe evitar la respiración hiperventilatoria durante las contracciones ya que esto puede determinar el descenso de PO2 materno y consiguiente compromiso fetal.

B. Tratamiento del sufrimiento fetal agudo.

En lo posible, debería tratarse de estabilizar al feto in útero. A continuación se detallan las técnicas de estabilización intra útero basándonos en una revisión Cochrane reciente.

a. Lateralización materna.
El decúbito supino comprime hasta en un 30 % la fracción de eyección materna. La literatura científica avala que el decúbito lateral maximiza el gasto cardíaco materno y la oxigenación fetal.

b. Administración de líquidos intravenosos.
El flujo uterino carece de mecanismos de autorregulación. Ante alteraciones de la FCF, la administración de líquidos IV es una medida recomendada, tenga o no hipotensión la madre.

c. Hiperoxigenación materna.
Un estudio clásico demostró que la administración de O2 al 100% a la madre con mascarilla facial corrige patrones no tranquilizadores de FCF, disminuyendo la línea de base en casos de taquicardia fetal y reduciendo o eliminando desaceleraciones tardías, efecto que desaparece al cesar la oxigenoterapia. Este efecto ha sido comprobado posteriormente por otros autores. Sin embargo, los efectos sobre los valores de Pulsioximetría fetal (fSPO2) son contradictorios, habiéndose descrito una mayor incidencia de acidosis fetal cuando la administración se prolonga más allá de 10 minutos, mientras otros autores no encuentran estos cambios a los 60 minutos de su administración. Esta revisión Cochrane reciente concluye que no hay pruebas suficientes que apoyen el uso de oxigenoterapia profiláctica para las mujeres en trabajo de parto, o que evalúen su efectividad para el sufrimiento fetal (Nivel de evidencia C).

En este momento se recomienda que se evite su administración prolongada (>15-30 minutos).

d. Uteroinhibidores/ Tocolíticos.
La reducción del tono uterino mejora la perfusión úteroplacentaria y puede disminuir la compresión del cordón ,si ésta existe. Esto puede conseguirse mediante el cese de la infusión de oxitocina o administrando fármacos tocolíticos. Si se está administrando oxitocina y aparecen alteraciones de la FCF, la primera medida es interrumpir su infusión. Si el cuadro persiste, el uso de tocolíticos intravenosos de urgencia ha demostrado su utilidad, incluso en presencia de dinámica uterina normal.

Los fármacos más utilizados con este fin son los β agonistas, Ritodrine en nuestro medio.

Un estudio reciente ha evaluado también la utilidad de Atosiban en la resucitación intrauterina, concluyendo que su efectividad es similar a betamiméticos, con menos efectos secundarios y una recuperación posterior más rápida de la dinámica uterina.

La menciona revisión Cochrane publicada en 2008 concluye que la administración de betamiméticos parece ser capaz de reducir el número de anomalías de la FCF (Nivel de Evidencia A) y puede ayudar
a ganar tiempo mientras se prepara el quirófano. Sin embargo, no hay suficiente evidencia basada en los resultados clínicos que demuestre una reducción de cesáreas o partos operatorios, y por tanto no es suficiente para recomendar el uso de tocolíticos para tratar el riesgo de pérdida de bienestar fetal.

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